El arte y la arquitectura de Egipto durante la era de los faraones continúan capturando la imaginación del mundo moderno. Formas vívidas y elegantes que decoran monumentos que emanan ambición y autoridad despiertan nuestro asombro por esta cultura lejana. Hombres y mujeres siempre jóvenes y elegantes se encuentran con extraños dioses y monstruos con cabeza de animal en medio de escenas de trabajo y ocio, en un paraíso de colores simples y brillantes, donde los textos jeroglíficos insinúan grandes ideas. Las tumbas y los templos del antiguo Egipto parecen revelar cómo el arte y la construcción monumental florecieron por primera vez en el corazón de la civilización, y las muchas formas en que pueden adornar y articular la condición humana, nuestras relaciones con lo eterno y nuestro tiempo en la tierra. Entre los grandes logros creativos del antiguo Egipto descubrimos un conjunto de formas constantes: los arquetipos en el arte y la arquitectura, que expresan de manera clara y concisa la visión contemporánea de la autoridad, la divinidad, la belleza y el significado. Ya sea que se adapten a joyas finas y delicadas o estatuas colosales, estas formas mantienen un rostro humano, con ideas y emociones humanas como inspiración explícita. Estas plantillas artísticas y las ideas que articularon se refinaron y reinventaron a lo largo de docenas de siglos, hasta que las escenas creadas por primera vez para los primeros reyes, alrededor del año 3000 a. C., finalmente se usaron para representar a los emperadores romanos y los últimos funcionarios del Egipto precristiano. El relato de Bill Manley sobre el arte del antiguo Egipto se basa en las mejores obras de una civilización excepcionalmente exitosa y duradera a lo largo de más de 3000 años, incluidas obras maestras célebres, desde la paleta de Narmer hasta la máscara de oro de Tutankamón, así como sus contextos de origen en el tumbas, templos y palacios de los faraones y sus ciudadanos.
