El Cairo, 25 de enero de 2011, decenas de miles de manifestantes se rebelan contra Mubarak y ocupan la plaza Tahrir.
Alaa Al Aswani, autor del best-seller internacional El edificio Yaqubian, vuelve con una magnífica novela coral que
rememora la revuelta de esos días. Mientras la movilización popular se encuentra en su punto álgido, Asma y Mazen
viven el nacimiento de su amor rodeados de una inmensa multitud. También hay Kháled y Dania, estudiantes de medicina,
que ayudan a los heridos de la manifestación; él es hijo de un simple chófer, ella es la hija del general Alwani, el jefe de
seguridad del Estado, que tiene ojos en todas partes, especialmente sobre ellos. También está Ashraf, un actor relegado a
papeles secundarios cuya amargura sólo se disipa por los momentos de pasión con su criada Ikram y que acaba sintiéndose
llevado por el fervor revolucionario. Cada persona encarna una faceta de esa revolución que cambia el rumbo del destino
tanto propio como del país. Esperanza, deseo, hipocresía, represión, Al Aswani encaja aquí las piezas de la historia egipcia
reciente y describe el alma de una revolución que también es la suya. Pero, como Saturno, la revuelta devora a sus hijos,
especialmente en una república que sólo lo aparenta. Hasta la fecha, la publicación de la novela está prohibida en Egipto.
Alaa Al Aswani (El Cairo, 1957) es uno de los intelectuales más destacados de Egipto, activamente comprometido con la
lucha a favor de la democracia. Dentista de formación, sus obras han sido traducidas a más de treinta lenguas. Ha sido
galardonado con numerosos premios, entre los que destaca el premio Bashrahil de novela árabe, y está considerado por
el diario The Times como uno de los cincuenta mejores escritores traducidos en lengua inglesa en los últimos cincuenta años.
En Ediciones de 1984 hemos publicado sus novelas El edificio Iaqubian, Chicago y El Automóvil Club de Egipto;
la recopilación de cuentos Habría querido ser egipcio, y la recopilación de artículos periodísticos Egipto: las claves de una
revolución inevitable.
